La TRANSMISIÓN DE BIENES Y DERECHOS de una persona fallecida puede resultar un trámite sencillo que no entraña dificultad alguna, o en cambio puede conllevar una tramitación compleja y que requiera de la asistencia de especialistas que faciliten las tramitaciones de reparto y adjudicación con plenas garantías jurídicas y seguridad para todos los herederos.
Además de lo anterior, se requiere una adecuada PLANIFICACIÓN ECONÓMICO-FINANCIERA y de carácter tributario para garantizar la minimización del impacto fiscal de las transmisiones por causa de fallecimiento.
Cabe la circunstancia de que la PLURALIDAD DE HEREDEROS, la complejidad del caudal hereditario, la existencia de legados, obligaciones u otros condicionantes a la libre adquisición de la herencia, o condiciones especificas o especiales por razones personales o materiales, exijan la intervención de un contador-partidor que efectúe las labores de relación e inventario de los bienes heredables y elabore un plan de adjudicaciones por lotes de las partes del caudal que corresponden a los herederos.
Es imprescindible un adecuado ASESORAMIENTO LEGAL Y FORMAL para llevar a cabo un proceso hereditario con plenas garantías de seguridad jurídica.